Ayer llegó a mis manos este articulo de La dama de Elche en el año 2000 que consiguió llamar mi atención. Es verdad que aunque ya se pueda saber, a grandes rasgos, la historia de esta obra tan clave de Madrid y del M.A.N. siempre se puede investigar mas, y es lo que hice. Junto a esta lectura ojee otro articulo que termino por calmar mi interés por un pieza tan llamativa y con la cual quiero escribir esta entrada.
Francisco Vives Boix, en su análisis tecnológico y artístico de la obra conocida como La Dama de Elche, realiza un estudio de la misma dejando a un lado aspectos como la interpretación del personaje que representa, la supuesta falsificación, etc. De esta forma, se encarga de los aspectos más artísticos de la obra, así como de su situación en el momento de su hallazgo.
Esta escultura del arte ibérico fue encontrada en la finca de La Alcudia, en Elche. En dichos terrenos se distinguen hasta ocho estratos de ocupación, motivo por el cual, a partir del s. XVIII la actividad arqueológica aumenta, para dispararse en el s. XIX. Ya el azar quiso que en 1803, la por entonces dueña de la finca descubriese un león, una estatua sedente de mujer y el bajo relieve de un jinete.
D. Aureliano Ibarra Manzoni fue un historiador y apasionado de la historia de Elche, así como su hermanastro, D. Pedro Ibarra Ruiz, creó la Sociedad Arqueológica Ilicitana. Tras realizarse el descubrimiento de la Dama de Elche, en el s. XX comienza a excavarse La Alcudia de forma sistemática hasta dar el terreno por agotado. Fue en 1935, de la mano de D. Alejandro Ramos de la que nos llegan los primeros estudios arqueológicos. Así se conservan dos planos del terreno de la Alcudia: el primero es más bien somero; no obstante el segundo representa la estratigrafía de la finca, con ocho niveles distintos de ocupación, cada uno con sus características propias. En el cuarto estrato, que data del s. III a.C, encontramos que estaba empedrado con fragmentos escultóricos de estilo similar al de la Dama. Esto nos permite hacer una datación aproximada da la Dama.
En el año de descubrimiento de la Dama (1897) el dueño de La Alcudia era el médico D. Manuel Campello, marido de la hija de D. Aureliano Ibarra. El doctor, a la muerte de su suegro, vendió toda su colección de antigüedades al Museo Arqueológico Nacional, cumpliendo la voluntad del difunto. Se encontraba, entonces, la finca de La Alcudia en un proceso de nivelación del terreno y su aterrazamiento, para poder llevar el regadío por toda la zona. Fue precisamente durante estas labores de nivelado cuando un macho, de forma casual, dio con el busco ilicitano. El descubrimiento de la obra no estuvo sujeto a ningún tipo de proceso arqueológico, por lo que se carece de cualquier tipo de recogida de datos, exceptuando los dibujos que se realizaban de cada una de las piezas.
D. Pedro Ibarra Ruiz fue llamado para llevar a cabo el estudio de la obra y éste, además de dicha labor, se dedicó a enviar cartas a todos los científicos europeos relevantes, haciéndoles conocedores del hallazgo. A los pocos días, el busto acabó por convertirse en el símbolo de la ciudad.
A los pocos días del hallazgo, se celebraba en Elche el Misteri, un festival del barroco. Con motivo de éste, el arqueólogo francés Pierre París viajó a Elche, donde D. Pedro Ibarra le enseñó una foto de la obra. El doctor Campello tenía intención de vender la obra al Museo Arqueológico Nacional, que aún no había completado el pago de la colección de D. Aureliano. El museo no pareció interesado en la compra del busto y, ante ello, el doctor Campello acabó por vender el busto al Museo del Louvre de París. La salida de la Dama de Elche de su lugar de origen provocó una fuerte animadversión de sus paisanos hacia D. Pedro Ibarra, a quien veían como culpable por haber traído a Mr. Pierre París.
Tras estallar la II Guerra Mundial, se decidió trasladar la Dama de Elche al castillo de Montouban, donde estaría más seguro. Finalmente, el busto es devuelto a España donde, tras una estancia en el Museo del Prado, se instalará definitivamente en el Museo Arqueológico Nacional.
La posición de la Dama en el momento de su hallazgo nos llega como testimonio directo del muchacho que la encontró. Al parecer estaba escondida a propósito, cubierta por losas y con arena, todo ello para su protección. El material del que está hecha la dama es piedra caliza. Aunque nunca se han llevado a cabo análisis químicos con la piedra de la obra (por el temor a dañarla), si se han hecho con los fragmentos escultóricos encontrados en el cuarto pavimento. La obra muestra una asimetría general que produce una sensación de movimiento y frescura al contemplarla. En la espalda presenta una oquedad que ha recibido múltiples interpretaciones, entre ellas la de urna funeraria. Así, se cree que la Dama de Elche era, en principio, una escultura en madera de cuerpo entero y sedente que, posiblemente, se usase en las procesiones debido a su poco peso. Sería posteriormente cuando se procediese a su copia sobre piedra, que se colorearía para darle a la obra mayor veracidad.
- VIBES BOIX. F La dama de Elche en el año 2000. Valencia. 2000
- Generalitat Valenciana. La dama de Elche mas allá del enigma. Valencia 1996.
Fernando López de Sabando Meijide.