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sábado, 2 de abril de 2016


Itálica

Tras comentar en mi último post sobre los profesionales que se encargaron de investigar acerca de la zona arqueológica de Itálica, cabe ahora hacer mención de la cronología y el contexto geográfico e histórico.

Exposición del contexto geográfico
Itálica se encuentra situada íntegramente en el término municipal de Santiponce, en la provincia de Sevilla. Con una extensión de 116 ha, se extiende bajo el actual núcleo urbano de este municipio que corresponde con el área que Itálica siempre ocupó durante la vida de la ciudad, y por el Barrio Adrianeo, una extensión que a finales del siglo I d. C. fue construida coincidiendo con su época de máximo esplendor, cuando Itálica adquiere el estatuto de colonia. Ambas zonas se reparten a partes iguales la superficie del yacimiento siendo esta última la zona visitable al tener el mayor número de restos exhumados. [Lám.1]

Lám. 1: plano de Itálica
 
Breve síntesis cultural e histórica del periodo cronológico en el que se enmarca la ciudad
En cuanto a los orígenes de Itálica, cabe situarse en el contexto de lucha que se desarrolló a finales del siglo III a. C. entre romanos y cartagineses por el control del Mediterráneo Occidental. El traslado del campo de operaciones bélicas a la Península hizo que el general Publio Cornelio Escipión fuera enviado al frente por orden del Senado de Roma. Fue este quien, tras derrotar en el año 206 a. C. a los cartagineses en la batalla de Ilipa, estableció un destacamento de legionarios en una de las colinas del escenario del enfrentamiento, solar de la actual Santiponce, convirtiéndose el lugar en el primer asentamiento romano de carácter permanente en la Península Ibérica. Este fue bautizado con el nombre de Itálica, denominación que proviene del lugar de origen de Escipión, Italia. La fuente que nos ha trasmitido el dato es Apiano, historiador nacido hacia el 95 d. C., con cuyo trabajo cabe ser cautos ya que en la mención concreta de los hechos referentes a Itálica es importante tener en cuenta que se halla inmerso en una época en la que se estaba llevando a cabo una mitificación de la que fue patria de algunos de los emperadores cuyo reinado le tocó vivir.
Y Escipión, después de dejarles un ejército pequeño adecuado a un asentamiento pacífico, estableció a los soldados heridos en una ciudad que llamó Itálica, tomando el nombre de Italia. Es la patria de Trajano y Adriano, quienes más tarde fueron emperadores de los romanos.   (Apiano)
El lugar seleccionado contaba con unas magníficas condiciones estratégicas ya que era el punto más cercano desde el que se podía controlar la producción minera serrana y era además una rica región agrícola. En cuanto a la cuestión de la posible existencia o no de poblamiento previo que tantos debates generó en el pasado, actualmente se cuenta con pruebas documentales que confirman la existencia de un núcleo de población turdetano desde finales del siglo V o inicios del IV a.C.
Ya en la segunda mitad del siglo I a. C. la ciudad no solo adquiere el estatuto municipal sino que es objeto de grandes mejoras urbanísticas, como la construcción del teatro. Si en la época de Augusto se realizaron importantes progresos, con los emperadores Trajano (que nació en ella en el año 53) y Adriano (de familia próxima a Itálica), la ciudad alcanza su máximo esplendor. Destacan actuaciones como la ampliación de la ciudad y sobretodo el hecho de que consigue alcanzar el estatuto de colonia, con el cual queda equiparada administrativamente a la metrópoli.
El declive del lugar comienza con la decadencia de la dinastía de los Antoninos, una crisis que en época de los Severos termina por acentuarse. La pérdida de importancia del lugar hace que en el siglo III se dé un abandono de parte del sector como consecuencia de la desatención que sufren algunos edificios, y por consiguiente una reducción del solar urbano. Cabe destacar que el ocaso de Itálica no fue total y en época tardorromana conservó parte de ese esplendor ciudadano como demuestran las casas y necrópolis.
En la etapa visigoda se desarrollarán importantes acontecimientos en torno a la ciudad como el enfrentamiento entre el rey Leovigildo y su hijo Hermenegildo. En época islámica la población pasará a llamarse Taliqa pero una vez finalizada esta etapa y abandonado su solar se llamará Campos de Talca. En definitiva, la vida de la antiguamente floreciente Itálica no llegó más allá del siglo XII, fecha  a partir de la cual y hasta nuestros días transcurrieron ocho siglos de degradación y expolio.
Bibliografía
Tejedor, A. (2013). Itálica. Tiempo y paisaje. Sevilla: Universidad Internacional de Andalucía.
Caballos, A. (1994). Itálica y los italicenses. Sevilla: Junta de Andalucía, Consejería de Cultura.
De Rodríguez Hidalgo, J. M. (1997): “La nueva imagen de la Itálica de Adriano”. Recuperado de http://www.juntadeandalucia.es/cultura/rutasteatro/galeria_a/galeria_067.jpg
 
Alba González Fernández
 
 
 

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